II
El arriba y el abajo: Las lágrimas
Segunda Aproximación
7
El vaho
Matices y vaguedades
1 Aquí buscándote,
como si reducido
a seguir ya sea la calma
o la borrasca:
ayer revisaba el
tiempo,
una cara
seráfica prometió indicios,
compartiendo un
rumano en la Fuente Alemana
pero no te
conocía. Ni sus amigos.
¿Por qué esa
sonrisa subiendo desde la tierra?
Inexplicable.
2 Te sigue. En antesalas.
Pide audiencias.
En Londres
a la Tate
durante el tiempo que Cezanne estuvo.
¿Qué ocurrió?
Insiste.
Porque si no te
buscara, hoy no rechinaría la torpeza,
ni el pillama en
préstamo tomado serviría
la carrera que
pierden, siempre pierden
lo rancio de ese
rastro, lo oscuro en la claridad
la llegada
segundos
el repecho
contra el cielo: como neblina todo lo opacas.
3 Velo quietamente airado surges de la
tierra húmeda,
cómo te difundes
¿dónde él estaría?
¿dónde el desconcierto? ¿en qué parque?
¡Ay, Alejandra,
si hubiera sido tu padre te hubiera llevado
a la cama!
Porque en Lo
Curro no pudieron, no supieron concretar
el pacto, el
llamado de la dicha.
Esas espirales
desprendidas en ascenso, en embrujo.
Los platos
disponibles y hasta un poco más
Tal vez en la Torre.
No perder tu rastro
aunque no existente
la esperanza. Ni tiempo.
A pesar de ese
velo que llevas, esas llamas
Y el desaliento
tan arduo. Tan como si supieras
la falsedad de
los hechos. Tan como si ya hubiera sido condenado.
¿Por qué no te
re-conoce?
Esas densas
volutas emergiendo.
Como si ya el
final hubiera llegado.
4 Detenido frente a tu cansancio
enfrente de una
cruz
desolado sube las
espirales.
enfrente de una
plaza
Avanza al
segundo piso: la sala conferencia.
Emerges,
cambias, engañas, transparentas,
¿modificas?
Alada hija de la
tierra tu danza atrae el viento del norte.
La repetición
perfecciona la puesta en escena.
Enfrente de un
farol. Enfrentado a un designio.
Si ya fueras.
Su canto que no aparece.
La niebla que persiste.
Tu alabanza
oscurece la ladera y la enciende.
Arrasan las
huellas, esas marcas de la vida.
Ya no podrás
detener el ascenso. La huída. El subterfugio.
5 Hija de la neblina
cuando el
intento aparece y seguir los surcos
es la consigna
tu danza, o continuar
el clavo de olor
o embrujar tu
bebida
no podrán a tu
rastro contener, ni distanciar.
Ni el exorcismo
afirma la esoteria.
No podrán
desaparecer tu prestancia.
Tu estado de 6
meses.
Vas a mitines.
Doloridas barricadas.
Gritas de sudor.
Indaga los
comités de huelga.
Preparas comida
Cáritas, brindas con gerentes
En la búsqueda tu
huella persiste.
Cuando el desconcierto:
hay que reiterar lo imposible.
Esa parte de la
vida hecha de casuales.
6 Ya no podrías detener los avances.
Te desposan, oh
translúcida,
vas danzando
las arenas
negras / la Punta de Lobos
el destiempo parece
hurgar tus entrañas
no podrán asumir
que no emerges como presente
como esa cruz de
palo reiterada en su vigencia
como esas librerías
de viejo.
Allí estás, parte
del futuro de presente que persiste su costumbre.
7 Ya no podrán detenerte.
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