lunes, 14 de noviembre de 2011

20 Acenlases: Aftermath

                     
                   






Encuentro Definitivo


20

Acenlases

Aftermath


¿Y has llegado entre palmas celestiales?
Ah, los dejos, las sombras encandilan.
Los árboles cambian tan lentamente: / superan al destino,
desde pulgas ahítas, / huiros secos / y dos y dos son cuatro.
¿No te parece etéreodulce, para tan poco desencuentro?

Nubes enmarcan tu celeste, ardores esos subrepticios,
esos como cuando alguien sexos de colores,
texturas y perfumes: liberarse del viento
porque si esparce la ceniza más allá del ámbito
adecuado las llamas renovarán el bosque pero otros
cosechadores en otro tiempo serán. Otros usarán los velos:
¿Y tu qué: recuerdo gustoso? o ruina aparecida?

Tú, el alfa y el omega, el color adolorido
ése que atrae y perpetúa, rebalsa y duermevela
en la playa zumagada / esa donde convocaste
esos sonidos-sonidos: uno que otro luminoso:
ya muy alejado de las cenizas y desiertos
vestida bruma sagrada, no como salida del cráneo,
como ese olor de ciruelas perpetuas destinadas
a ser otras en sus aromas de vida:
o esplendecente torre de marfil?: piedra de molino al cuello:
vista pero ya no recordada.

Tus brazos en actitud de pararrayos, en esas texturas
luminosas, esos sortilegios, esas cábalas proféticas,
esas texturas retorcidas en las cumbres
conjuradas palmas terribles abiertas a las líneas del destino,
pararayos: ahuyentar los pavos reales
al almacén allegarse por velas y fósforos

y bueno ya que estaba

but, but, totalmente pasado de moda.
Pero allá tú. Búfalo torcuato. Resblandecido.

Virgen que retorna, / sin la menor duda, por
el camino de los pinos sagrados, / o en la arena
seca de la duda, en el regreso al fin,
¿en la ciénaga o atrapa?
Ya, DEJA INTERRUMPIR
todos ven tu postal de galaxia?
en las tardes como destino de dudas
justo después quel conjuro involucione tremenda
explosión y todos aparezcan pachuchos:
En los sollozos, en la mariposa extraviada.
Qué postal ni que ocho: estampillas triangulares:
Solo la infancia conoce el desencuentro.

A propó de galaxias, sabías que el universo-el escurridizo
en la tierra, no es escalable? como ADN de sistema
Ni sus amores escalables a contingencias:
porque no hay dos lunas, ni el eclipse produce el encuentro:
En esta palma la vía láctea; en la otra Andrómeda
y la tierra sumergida Oh punto matemático
como virtual de fractales aventando recovecos
como ese camino de los pinos en la arena
al interior de quark, convaleciente: Nada.
Como decir Aquí Dios, y el hombre?: Nada.

No como el mapa en la Mongolia escalable y los brazos
en actitud de pararrayos
y los restos erosionados del encuentro:
los terribles saurios recuerdan la cordura.
Las pulgas secas recuerdan, los huiros aletargados?
Pero sigue. Como ruina en una página, recuerdan.
Por eso, quemó incienso en todas las cumbres
la fantasía, según arameos y jeroglíficos
y hasta los famosísimos etruscos se dieran enterados:
Al menos, su tierra hombre, su tierra perro:
Por eso mismo, imitando la leyenda, el mito?:
Esperó más de siete días la llegada del rayo.
La avalancha del destino, el señor de la tormenta:

Puesto que estaba negro en el estómago, como dijo,
tu promesa, como libro de esperanza, la fama
ya / muchos comos consignados, y sigues con el hambre
ya todo resuelto para nada.
Muchos yas! no reportan: en salvo la entrega
de la honra como plumas en la cabeza clavadas,
y hasta los choznos:

Y amargo en la espera, y nunca sonrisas y
alucinaba, no, nadita,
dulce como palma en su vientre,
ni falta que le hacía
y amargo, amargo, amargo,
como decisión tomada para otro,
como escuchando y oyente puesto que eso lo sabemos.

La tierra renovante, virgen casquivana,
ven tu rastro de galaxia, todos,
ante cada uno de tus fracasos
bueno es un decir, tal vez no todos:
no aquellos que al rubor imitan, en la playa:
zumagaban, no aquellos.

Ver: aristocrático y pendenciero.
No ver, da dividendos.
Decir, ripia el resultado.

Insinúa, estrambóticas relaciones entre palmas y destinos,
entre las lejanías,
exiliar de las reglas no en costumbre,
la tradición que nos lastra y eleva.

Ya, saliste con la tuya.

O tal vez sí, aún los recalcitrantes,
en jaguares no hay + que gusto a mucho
y poco; muy poco de criterio en los márgenes
confundidos:
Playas llenas de pulgas ateridas y huesos
huesos, muchos huesos:

Amadas de la patria,
si las permi-tierna-de-cierto la retórica?
¿Quién más dulce que lamiel y más fuerte que elpuma?
Miel y puma hacen a la infancia.
Ahí la respuesta, la relación en la sima:
¿Quién por meses aquejó las cumbres de la espera?
Ahí el destino.
¿Quién, en la encrucijada llorosa, con su derecho velado,
rescató su anillo, su futuro, su anillito de serpientes?
Ahí la desvergüenza.
El sacrificio de la hija.

Virgen de la nada, como título, algunos ven
tu belleza de galaxia desmembrada,
en encuentro. Su varita.
Dale con las galaxias.
Amadas,
a pesar de los pesares:
ulmos esplendecen de mieles, miren,
alfombran su corso de canto prometido,
huesos, huesos, muchos huesos
los poleos celestiales, aquellos
como perfectos.
Muchos más huesos.
Miren, los notros enrojen de amor
surco de su presencia cautiva
calaveras, fémures
los campos, sus colores, su retorno.
Mi infancia,
alfa y omega
sonidos y luces
escudo y reposo,
mi etcétera y et caetera.
Esqueletos por docenas. Quijadas.

Virgen,
dejas que la espada, tu boca,
vuelvan a sus madrigueras, muy a mis pesares,
ven tu ternura de galaxia,
aun aquellos que te hirieron y ya tienes perdonados,
   
rótulas y metacarpios

muy muy a mis pesares, insisto,
desdoble
tus tiempos y corduras
a consumir tus luces, la permanencia,
el llamado de la especie:
lo único cierto, aún más, más
que la condena, y más,
mucho más, que los muros  los muros.
Sí, por supuesto,
lo único cierto:
El canto de la especie:
        
Buenas noches
no me despiertes temprano
rendida estoy
buenas noches.
         
Mañana será otro día.
       
ya lo veremos.
Cinobiales:
Secretos y vergüenzas.

Nada que se parle en sobremesas o pasillos.






                
              

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