lunes, 14 de noviembre de 2011

En vez del 11

              
              









En vez del 11[1]



Ella está dormida. - Pura - Quieta - Navegando,
donde la yerba, y la protege, en su barca de antaño
su imaginario futuro de reales ilusiones.
Y si no fuera yerba
entonces, sábanas azules o esa mortaja de espinas
y la yerba esfuma su atractivo.

No importa qué,
pero dormida desde hace 100 años
en su vuelo, su quieto arrastrar los recovecos.
Con sonrisa y literaria, cuerda como la espuma:
la bruma: el sudor: antes que el mar llenara
de profilácticos de espuma avergonzada:
el mercado engendra el desastre colectivo en la
desidia repetida: la voluntad de los tontos: el individuo
que aísla su intemperie.

El aire, los átomos del aire, conmovido se han,
permanecen estáticos, la contemplan, quietos, holgazanes,
ecoizan la cordura: su desazón / de entonces y misterios
y en el entorno ha crecido un silencio
más profundo que el antes y del caos y del inicio
para su pequeño desafío y retorno en la cordura.

Esto deberías creerlo o negarás: hechos físicos
irrefutables en su delicia; su divina torpeza o coito primigenio.
Ellos, esas no voluntades, la naturaleza siempre bullente / y activa,
disputan quién la acaricia o primero quien toca y la menea:
como asunto del azar necesario: esa música sagrada.

Puesto que viven en probabilística civilidad
el nitrógeno arrasa los destinos, sin duda,
sin la menor ambivalencia o moral.
También enmudecidas las lluvias:
Él, que conoce silencios construidos,
aprovechará el artefacto, la pausa necesaria,
para traerte, bella y durmiente, tus ofrendas:

No el oro.
Ni la mirra.
El incienso? No.

Tampoco un ram
a de olivos. Ni acaso el silencio. Conjuros, entuertos,
enmendaciones rejuiciosas. Nada de eso.

Puesto que ella es.
Y humana,
una diosa, sí, por donde la miren,
porque transpira y florece,
aquí deposita su humana ofrenda
una que no sea simbólica o bien intencionada.

Lo que ansía es despertarla.
El regreso a la cordura.

Y entonces abrir tus muslos. Prosecutarla de buenas intenciones.
Pero a la fuerza del mito. No.
Más bien, Como obligación necesaria, dijo.
O al menos besar tus labios para humedecer la soledad
de reposos y partidos.

- Si conservan el orden del discurso, la lógica del tiempo-
Besar tus labios / y primero.
Sus labios que invitan al pecado más estridente:
la culpa menos confusa,
al destino más certero, al meritar de manera
y velada, y sólo como indicio,
only if you think about it / o recuerda.
Perpetrar sobre ellos su Beso Original.
Que no roce, ni culpa. Altere el desociego.

Pero se contiene, lo vigilan,
cuida sus palabras,
con cauto mayor que si fueran reales, como
su Original Beso, porque nada es cierto: Ni lo que ocurre es cierto,
si no lo hubieran: sido y escrito.

Ya ven, el Magnicidio nunca fue,
porque no hubo / y sentencia,
ni su ejecución conoció de escribano atento,
salvo dos que han callado para siempre.
Y una hija refocila el descriterio.

Sabemos que esto, que es pura ficción, aislada caricia,
palabras en busca de lugar en el mundo,
hace cauce porque casi es
porque estás allí
dormida
a merced del aire.

¿Y cómo contenerla?

"Hemos escuchado tu ruego", dijo

y tomando un Cau Cau la palabra
escuchó susurros,
"Junta yerba", "Necesitarás yerba para 100 años",
"Si sólo fueron 40", gritó enardecido.
"¡Necio, pero tú crees todo lo que cuentan?"

Ah durmiente amada,
Él viene a perturbar tu paz, a despertarte para oscura vida.

Se está adelantando, se enreda,
perturba la imaginación, enmudece lo onírico.
Hace trampa.

Ricardo, dice una: estás delirante.
Godoy, escucho otra: Cuida su perfil
sicólogo, de mercado abierto: Todo le será puesto
en la balanza y no te darán, ni el cargo.

El meollo es despistar. No dar el brazo a torcer.
Que duele.
Conservar el triunfo hasta el momento necesario.
No apresurar la imagen salvadora.
Bueno, dijo, ya estoy metido en esto
y debo acabar,
acabar, acabar, acabar,
qué palabrita. El término de la dulzura.

La más cierta de las durmientes.
Aquí traen para diestro, este orgasmo, y paridasial,
este orgasmo / y telúrico,
este orgasmo
y extragaláctico,
o uno Tibetano si prefieres.
Prefieres?

¿Ovnivisado?
Sin uso,
nuevo, Vicente,
al cabo importado al Moll de todos los alumbres.
Como reflejo necesario.
Desde el Tibet y en Ovni, y por cierto en trocas
llegan las superficies
de todo aquello que es y renovado creen
y viejo y sonso, digerible, fácil, lleno de prestigio,
brillo. Y no debes olvidar.

Tal vez te hayas ya contaminado.
El que tú quieras, o imagines / y +:
Por supuesto que sin su intervención.
Como anécdota desarmada.
Que solo importe su soporte y para nada su medio.

- Me cuido -
- Cuida su perfil -
Y No se olvida.

Vía Internet: Moderrno, electrónico,
un ramitillo de poleo, una gárgola flotante,
garantizado, sanitisado, centro centro,
el reflejo de haz eletrodoméstico
Sida Negativo:
Barbarélico.
En comprimidos de tiritas y humitos.
Diseñado. / Y por computadoras.

Pero si no eres dada a los placeres de la raza, ¿Cómo saberlo
en tu sueño de verano
Qué podría?
¿Pisco sours?
¿Un Mercado ideológico?
Yogur esotérico? Si a penas.
Intentarase aproximación ecológica
autosostenida de dimensiones humanas:
!(¡¡¡¡????)¿

Para ti este pehuén de amores concebido antes de Lautaro.
Original, sin mella, o aún más
antiguo. Librísimo de pecado: como dulce prístino.
Cuando hacer era natural.
Concebido antes del Cau Cau Vilú:
Impronunciado. Cuando no había instrucciones
ni las azules.
Sin sonidos, que contaminen la espera.
Cuando aún no torturaban Forestales juiciosas.
Ni siquiera en la mente de esos Pillanes tan juguetones.
Pehuén mítico, a la medida de tu sueño,
con todos sus piñones y de plata
sus hojas de esmeralda y guerreras
raíces de época terciaria
con choroyes de oro
y en su pico:

En concepción virginal,  conocido de nadie:
que nadie había, salvo
Tres pehuenes idénticos
pero uno solo y distinto.

O si el araucaria milenario no te basta
para ti, sueño de palabras:
La cumbre del alerce mitológico
depositado a tus pies en sueños de codicia
más inmensa y elevada
más terrible, blanca, solemne, quel macizo ajeno
o nuestro padre Aconcagua:
o la busca del sí mismo.

Eso sí, del lado del futuro, sin disputa, del lado y de nunca
de las aguas: reivindicado, estipulado en mapas,
soportar el asalto concertado del jurista
y el gorila aventando un mistral sereno
de cualquiera de los dos extremos de la divisoria fraterna
y fractalizada.

Pero en fin: Si no te parecen los nuevos honores
los airosos guerreros de lado y lado,
un guerrero airado todo lo mancha,
lo llena de giros, voces, municiones,
entonces Durmiente:
La circunferencia de 100 hombres de este Boldo de antes de la Patria?
Todas las aguas del Bío Bío?
Todas las aguas del Plata?
Rocas?
¿Todas las nieves del Campo de Hielos?
Mejor aún: Todas las Nothofagus Pumilio,[2]
inimaginables, antes que la Conama
decidiera / y cuidarlas? Ja!

O, Definiente:
La Ley de Conservación del Bosque Nativo.
HAZLA TU.
La publicaremos, oficialmente,
con decreto y en blanco,
nada es perfecto en la vida;
es decir, no hay otra.

Pero nada.
Sigues durmiente en la leyenda,
ajena a todos. Extraña de re-atinados comercios.

Ah voluntariosa, neutralizaremos tu estupidilla representación
de siamesa:
Zeus, Tor, que un rayo la parta!
Y tú, Dios volcánico, alumbra y truena
la imaginación liberta,
y al eterno retorno por fin le demos el bajo
 – su paralizante bajeza –
y perpetúe nuevo sol para nuevos sueños

un beso, un beso, un beso,
no un beso andrógino-frodita.
Un beso para nuevo comienzo
caliente jugosito, con toda la fuerza de la cuática.

Every body cares about you.
Un beso, un beso, un beso.
Never fall in love again.
Con todo el poder de la Pacha Mama.
Un beso que sea diálogo de iguales.
Una heterodoxia que sea beso y más beso.
O rugido. Pero nada de soplos o narices.

Y el aire se aprovecha - airado -
y tus labios que son - ríen,
y el nitrógeno de - lira.[3]

No más coqueteos, interrumpen nomos que se cuelan no invitados.
Asumirás tus labores de cuentero realista:
Conjuran los Dioses,                 Persas.
Conjuran los Dioses,                 Medos.
Conjuran los Verdaderos           Dioses,
los más antiguos,
a ejercer sus derechos de primogenitura:

Para ti:         una niebla.
                    una bruma.
                    una lluvia.
                    un recurso asignado,

Para ti, esta lluvia:
de 39 días y un día
de 39 noches y una noche:

Después:
BESARÁ TUS LABIOS,
y a repoblar la tierra


Saaaa, no porque lo hayas escrito, caerá a tus pies.




[1] El primer 11, (10+1), nos gustó nadita. Así que lo tiramos a la basura.
(Por malo, traicionero, torturador, en uniforme, vicioso y deslenguado),
y no crean que esto es fácil. No conocen a mi madre.

[2] Pronúnciese Lengas.

[3] Para acortar desarrollo que ya es cansador
salten al final.


(lee un cuento clásico)

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